martes, 29 de noviembre de 2011

Producción audiovisual "Tu rayuela"

…La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo; lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia del divino cohete, en la especulación de otro cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato…

Julio Cortázar. Rayuela (1963). Capítulo 36.

Este fragmento de la novela de Julio Cortázar refleja muy bien esa idea de que cuando alguien se hace mayor, pierde la ambición de romper con las normas establecidas, de romper con la forma de vida predominante, de romper con las costumbres tradicionales… Cuando eres niño aún conservas es facilidad de obviar la dificultad de conseguir cualquier cosa, no hay barreras que te impidan innovar o crear. A medida que nos hacemos mayores, las normas por las que se rige la sociedad se hacen cada vez más numerosas en nuestra conciencia, algo que va inevitablemente ligado a la madurez. Por eso nosotros queremos extraer, sobretodo en las personas adultas, ese recuerdo de libertad, esa capacidad de imaginación sin límites, de creación, de originalidad, que reside todavía en el fondo de su memoria.





Tu Rayuela consiste en un happening realizado en la plaza de Zocodover, con la correspondiente participación de los espectadores. Todo el evento sucede bajo la idea de que "tú puedes poner las reglas", de que no debes ceñirte a unas pautas o normas que te vengan impuestas para dirigir tu vida, eres tú mismo/a quién debe dibujar tu camino.

Los participantes debían dejar volar su imaginación sobre el tablero de un juego tradicional que dibujamos en el suelo de la plaza.

Obtuvimos una respuesta muy buena por parte de las personas que pasaron por allí; unos entendieron más las idea, otros menos; unos participaron de forma más original (sobretodo los niños), otros de forma más tradicional evocando a recuerdos de su infancia; nosotros mismos participamos en la iniciativa como un espectador más, etc. Hubo una gran variedad, algo que también buscábamos y, ante todo, conseguimos no perder esa actitud espontánea por parte de los espectadores/actores. En definitiva, una muy buena experiencia.

Gracias a todos los participantes.

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